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Betty and I went to see the pastor, Brother Billy. I was going to try to be courteous and tell him that I would be looking for another church. I loved him and didn't want to hurt him, but I wanted to be in the ministry with all my heart.

When I got close, he started talking before I could say anything. He reached into his pocket and pulled out a business card. He said, look, Austin. I have been trying to find a place for you since we first talked.

I just wanted to have a ministry of some sort, but my pastor, friend, and mentor had even greater things in mind for me. This pastor, Brother Willard, wants you to be his youth director. What! I had never even dreamed that big. 

I called Brother Willard that very next day. He said that Brother Billy had been talking to him. He would like me to come to the church and tell them about myself. They were going to call me to work with them.

That first church was more than anyone could ever expect. I couldn't believe it. A dream I hadn't even dared to dream was coming true.

The pastor, Brother Willard, was a kind, ole country preacher. I will love him till the day I die! Brother Willard knew and loved God. 

Brother Willard and I prayed together every Sunday morning before church. He didn't even know what a youth director was but was willing to give a 19-year-old kid a chance. Betty and I were both very excited. 

Soon we were working in that church. In that first service, I gave my testimony as the pastor had requested. He had spoken with me, and the church had no idea about his request.

I later found out that several of the young people couldn't understand why I talked so much about myself. They thought I was supposed to preach. I thought I was supposed to share my testimony.

God allowed Betty and me to work in that church for over two years. We learned so much. When I asked the pastor what he wanted me to do, he looked startled.

Didn't God call you? Doesn't He tell you what to do? He said, "mind God!" I asked if there was a Sunday School class I could teach. He said no, not really. We pretty much have it all covered. 

So there I was in a new church but still no ministry. Within a few weeks, I took over a Sunday School class, a Training Union Class, a youth meeting on Monday nights for prayer, and a Wednesday night Bible study.

I was living the dream. The church started me off with a salary of $25 a week. The minimum wage was $65. The pastor had indicated that they would get me to a minimum, but that wouldn't happen for over two years.

I worked a job, worked in the youth ministry, went to college, and spent what little time I had left with Betty. Betty sewed and made a little money that way.

It didn't matter. We were the happiest young couple you had ever seen. Betty was still a new Christian, but she loved me and encouraged me. She helped me in everything that I attempted to do. 

We were 19 years old, newly married, starting in a new ministry, and living the life of a dream come true. The young people of the church were the greatest you can imagine. 

What a wonderful pastor God had given me to recommend me to my first ministry. What a wonderful man to be the first pastor I would ever serve. God was pouring out His blessings on us.

Learn and see God's blessings in your life. While I was getting frustrated with my pastor, he was at work trying to help me. Without him, I do not know where I would be ministry-wise. He opened doors. He helped me. Your pastor loves you and has your best interest at heart. Get close to him and let him know your heart. 

Trust that God will put good men in your life to bless you and prepare you for whatever God has in your future.

Know that even in your mess-ups and misunderstandings, God is working in you and will turn it to His glory and honor.

Love your spouse. Both of you work at blessing the other. Challenge and motivate your spouse to be all God has called them to be. God made the two of you for each other. Trust that He is using you to work together for His kingdom.

Be grateful and think of all God's good in your life. Don't be critical and judgmental. See that God uses regular people to bless you and take you where you need to be.

Get the whole story

Betty, the love of my life

The Call

Hay Day of my Life

"The bro zone!" Like a brother

A Giant Heart

The tractor ride

Never Really Dated!

Shocked & Surprised

Good News

Finding an acorn

Scared my dad!

Send that hillbilly hiking

Who's chasing who?

Betty meets my grandmother

The longest summer ever

Reckless Redneck

Honeymoon

Separated for the first time

We are going to make it

Betty y yo fuimos a ver al pastor, el hermano Billy. Iba a tratar de ser cortés y decirle que buscaría otra iglesia. Lo amaba y no quería lastimarlo, pero quería estar en el ministerio con todo mi corazón.

Cuando me acerqué, empezó a hablar antes de que pudiera decir nada. Metió la mano en su bolsillo y sacó una tarjeta de negocio. Dijo, mira, Austin. He estado tratando de encontrar un lugar para ti desde que hablamos por primera vez.

Yo solo quería tener algún tipo de ministerio, pero mi pastor, amigo y mentor tenía cosas aún más grandes en mente para mí. Este pastor, el hermano Willard, quiere que usted sea su director de jóvenes. ¡Qué! Nunca había soñado tan grande.

Llamé al hermano Willard al día siguiente. Dijo que el hermano Billy había estado hablando con él. Le gustaría que fuera a la iglesia y les contara sobre mí. Me iban a llamar para trabajar con ellos.

Esa primera iglesia fue más de lo que cualquiera podría esperar. No podía creerlo. Un sueño que ni siquiera me había atrevido a soñar se estaba haciendo realidad.

El pastor, el hermano Willard, era un predicador a la antigua, amable y viejo. ¡Lo amaré hasta el día de mi muerte! El hermano Willard conocía y amaba a Dios.

El hermano Willard y yo oramos juntos todos los domingos por la mañana antes del servicio de la iglesia. Ni siquiera sabía lo que era un director de jóvenes, pero estaba dispuesto darle una oportunidad a un chico de 19 años. Betty y yo estábamos muy emocionados.

Pronto estuvimos trabajando en esa iglesia. En el primer servicio, di mi testimonio como lo había pedido el pastor. Él había hablado conmigo y la iglesia no tenía idea de lo que estaba queriendo pedirles.

Más tarde me enteré de que varios de los jóvenes no podían entender por qué hablaba tanto de mí mismo. Pensaron que se suponía que yo debía predicar. Yo pensé que se suponía que debía compartir solo mi testimonio.

Dios permitió que Betty y yo trabajáramos en esa iglesia por más de dos años. Aprendimos mucho. Cuando le pregunté al pastor qué quería que yo hiciera, se sorprendió.

¿Dios no te llamó? ¿No te dice Él qué hacer? Él dijo: “¡Obedece a Dios!" Pregunté si había una clase de escuela dominical que pudiera enseñar. Dijo que no, en realidad no. Prácticamente lo tenemos todo cubierto.

Así que allí estaba yo en una nueva iglesia pero aún sin ministerio. En unas pocas semanas, me hice cargo de una clase de escuela dominical, una clase unida de entrenamiento, una reunión de jóvenes los lunes por la noche para orar y un estudio bíblico los miércoles por la noche.

Estaba viviendo el sueño. La iglesia empezó pagándome un sueldo de $25 a la semana. El salario mínimo era de $65. El pastor había dicho que me llegarían al mínimo, pero eso no sucedería hasta dentro de dos años.

Conseguí un empleo, trabajé en el ministerio de jóvenes, fui a la universidad y pasé el poco tiempo que me quedaba con Betty. Betty cosía y ganaba un poco de dinero de esa manera.

No importaba. Éramos la pareja joven más feliz que jamás habías visto. Betty todavía era una nueva cristiana, pero me amaba y me animaba. Ella me ayudó en todo lo que intentaba hacer.

Teníamos 19 años, recién casados, comenzando un nuevo ministerio y viviendo la vida de un sueño hecho realidad. Los jóvenes de la iglesia fueron los mejores, más de lo que puedas imaginar.

Qué maravilloso pastor me había dado Dios para recomendarme a mi primer ministerio. Qué hombre tan maravilloso para ser el primer pastor al que serviría. Dios estaba derramando Sus bendiciones sobre nosotros.

Aprende y ve las bendiciones de Dios en tu vida. Mientras me frustraba con mi pastor, él estaba en el trabajo tratando de ayudarme. Sin él, no sé dónde estaría en cuanto al ministerio. Abrió puertas. Él me ayudó. Su pastor lo ama y tiene el mejor interés en su corazón. Acércate a él y hazle conocer tu corazón.



Confía en que Dios pondrá hombres buenos en tu vida para bendecirte y prepararte para lo que Dios tenga en tu futuro.

Sepa que incluso en sus errores y malentendidos, Dios está obrando en usted y lo convertirá para Su gloria y honor.

Ama a tu cónyuge. Ambos trabajan para bendecir al otro. Desafíe y motive a su cónyuge a ser todo lo que Dios le ha llamado a ser. Dios los hizo a los dos el uno para el otro. Confía en que Él te está usando para trabajar juntos por Su reino.

Sea agradecido y piense en todo el bien de Dios en su vida. No seas criticón y juzgón. Mira que Dios usa personas regulares para bendecirle y llevarle a dónde necesita estar.