versión en español a continuación

In May of 1972, just before Betty's high school graduation, a drunk driver crossed the median and hit her head-on. The impact totaled Betty's car and destroyed her left leg. 

Betty had left the gym where she helped decorate for the Junior-Senior prom. As usual, Betty helped decorate an event she didn't even plan to attend. Betty didn't have a date! She graduated on crutches.

Betty's daddy was so glad he had seen Betty in the hospital before he saw the car. He said that if he had seen the car first, he would have gone straight to the morgue. 

After the accident, Betty walked over and sat on the curb. She has no memory of the wreck, talking to the police, or any of it to this day. When she arrived at the hospital, they discovered her femur broken in several places.

They surgically inserted a rod down the middle of her leg from her hip. She had several screws to hold a pie-shaped piece of her femur in place with the rod.

The following year, 1973, I drove Betty to the hospital to have the rod removed. She was my friend, so we went everywhere together, including the hospital.

We checked Betty in and went to her room. Betty was fine, so we climbed up into her hospital bed. We were alone in her room watching TV. We were waiting on her parents, who I had never met, to arrive from Roswell. 

Suddenly, her parents came in and found us sitting in her bed, "fully dressed," mind you, and watching TV. You get the idea. Right?

Betty introduced me to her parents. The redneck got up and shook hands but immediately sat back down on the bed with Betty. Neither of us thought about how ridiculous that looked to her parents. The redneck had corrupted little Miss Priss!

We were not an item yet. Betty was my friend. I was always with her, so I was just there.

Then that summer, she went back to get the stitches out of the scar that runs the length of her thigh. She was on crutches hoping the plastic surgery would significantly reduce the scar.

We got engaged a few weeks earlier. We were old hands at being engaged by now, so my buddy from Tennessee and I drove down. The Good News group had given us tickets to Six Flags. So we spent Saturday there. I almost said we had a good time, but I never considered what it must have been like for her, hobbling on crutches in Georgia summertime heat. She was still on her crutches but, like a trooper, went along. I had a blast. The scar never did heal like it would have had it not been for me taking her to Six Flags.

I have no idea what her sophisticated family must have thought of me finding us in her hospital bed or taking her to Six Flags, but they never showed any emotions towards me about it.

I think Mr. Ferguson should have sent the hillbilly hiking back to the hills, but he never did.

Parents, I challenge you to be patient with your becoming adult children. They will make mistakes. The last thing you want to do is become their adversary. They need you to love and mentor them. You have wisdom, but they will only listen if they believe that you are helping them accomplish what they want to achieve.

Young adults listen to your parents. They love you more than you will understand until you are a parent with a kid like you. They have watched you grow up. They have celebrated every victory and suffered with every defeat. One of the greatest joys every parent has is watching their children grow up and succeed. You may have to bear up under perceived misunderstandings and hurt, but they love you. Listen to them.

Get the whole story

Betty, the love of my life

The Call

Hay Day of my Life

"The bro zone!" Like a brother

A Giant Heart

The tractor ride

Never Really Dated!

Shocked & Surprised

Good News

Finding an acorn

Scared my dad!

Send that hillbilly hiking

Who's chasing who?

Betty meets my grandmother

The longest summer ever

Reckless Redneck

Honeymoon

Separated for the first time

We are going to make it

En mayo de 1972, justo antes de la graduación de la escuela secundaria de Betty, un conductor ebrio cruzó al lado contrario y la chocó de frente. El impacto destruyó el auto de Betty y lesionó fuertemente su pierna izquierda.

Betty había salido del gimnasio donde ayudó a decorar para el baile de graduación de los Junior-Senior. Como de costumbre, Betty ayudó a decorar un evento al que ni siquiera planeaba asistir. ¡Betty no tenía una cita! Se graduó con muletas.

El papá de Betty estaba tan contento de haber visto a Betty en el hospital antes de ver el auto. Dijo que si hubiera visto el auto primero, habría ido directamente a la morgue.

Después del accidente, Betty se acercó y se sentó en la acera. Ella no tiene memoria del accidente, el haber hablado con la policía, ni nada de lo sucedido hasta el día de hoy. Cuando llegó al hospital, descubrieron que tenía el fémur roto en varios lugares.

Le insertaron quirúrgicamente una varilla por la mitad de la pierna desde la cadera. Tenía varios tornillos para sujetar un trozo de su fémur en forma de pastel en su lugar con la varilla.

Al año siguiente, 1973, llevé a Betty al hospital para que le quitaran la varilla. Ella era mi amiga, así que íbamos juntos a todas partes, incluso al hospital.

Registramos a Betty y fuimos a su habitación. Betty estaba bien, así que nos subimos a su cama de hospital. Estábamos solos en su habitación viendo la televisión. Estábamos esperando a que sus padres, a quienes nunca había conocido, llegaran de Roswell.

De repente, sus padres entraron y nos encontraron sentados en su cama, "completamente vestidos", fíjate, y viendo la televisión. Entiendes la idea. ¿Verdad?

Betty me presentó a sus padres. El campesino sureño se levantó y le estrechó la mano, pero inmediatamente se volvió a sentar en la cama con Betty. Ninguno de nosotros pensó en lo ridículo que les parecía eso a sus padres. ¡El campesino sureño había corrompido a la pequeña señorita Adinerada!

Todavía no éramos “nada”. Betty era mi amiga. Siempre estuve con ella, así que solo estaba allí.

Luego, ese verano, volvió para que le quitaran los puntos de la cicatriz que le recorre el muslo. Usaba muletas con la esperanza de que la cirugía plástica redujera significativamente la cicatriz.

Nos comprometimos unas semanas antes. Ya éramos expertos estando comprometidos, así que mi amigo de Tennessee y yo fuimos en el carro. El grupo Good News nos había dado entradas para Six Flags (parque de juegos mecánicos). Así que pasamos el sábado allí. Estuve a punto de decir que lo pasamos bien, pero nunca pensé en lo que debió haber sido para ella, cojeando con muletas en el calor del verano de Georgia. Todavía estaba en sus muletas pero, como toda una luchadora, siguió adelante. Me lo pasé genial. La cicatriz nunca se curó como lo hubiera hecho si no hubiera sido porque la llevé a Six Flags.

No tengo idea de lo que su sofisticada familia debe haber pensado de mí encontrándonos en su cama de hospital o llevándola a Six Flags, pero nunca mostraron ninguna emoción hacia mí al respecto.

Creo que el Sr. Ferguson debería haber enviado al campesino sureño de regreso al campo, pero nunca lo hizo.

Padres, los desafío a ser pacientes con sus hijos que se están convirtiendo en hijos adultos. Cometerán errores. Lo último que quieres hacer es convertirte en su adversario. Necesitan que los ames y los guíes. Tienes sabiduría, pero solo escucharán si creen que los estás ayudando a lograr lo que quieren lograr.



Los adultos jóvenes escuchen a sus padres. Te aman más de lo que entenderás hasta que seas padre de un niño como tú. Te han visto crecer. Han celebrado cada victoria y sufrido con cada derrota. Una de las mayores alegrías que tienen todos los padres es ver a sus hijos crecer y triunfar. Es posible que tengas que soportar los malentendidos y el dolor percibido, pero te aman. Escúchalos.